TERRITORIO
DE LOCURA
Todos los
días desentierra su amor
con
inefables letanías –a carne viva-.
Todos los días.
En ese
desquicio de memoria y honras,
la casa
es nicho dantesco,
una
comarca de pavura que no perdona.
Entonces,
el desencanto sucede,
se rinde
a la locura para aliviar la noche
de
pesadilla fantasmagórica.
Sus
muertos –retratos en paredes insanas-
gritan perpetuarse.
Todo es
crespón negro,
hasta el mismo silencio.
Acaso
sinsentido
espera salvación,
indulgencia
plena,
para su
tolvanera enajenada.
Entonces
el amado impiadoso
la
encarcela bajo su sombra despierta.
Hoy
todo su ser es boca
infernal
rezando
dolido espanto.
Qué
irracional destino
venerar
siniestras voces.
Afuera
la cordura es un débil
pretexto
de
rodillas.
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