SOLO… SE LLAMA AMOR.
Anoche observando las estrellas 
deslumbrado ante tanta inmensidad, 
entre ellas hablaban en su idioma 
pero mi mente rechazaba esa realidad.
Mas continué escudriñando el firmamento, 
poco a poco se agigantó mi pequeñez;
 busqué mi
sombra, tan solo hallé un punto
 y comencé a
comprender mi estupidez.
Me sentí un átomo, ante esa inmensidad,
 el corazón
comenzó a palpitar extasiado, 
se llenó mi alma de toda esa belleza, 
la plateada luna, ya me había embriagado.
Mi mente no dejaba de bucear 
un nombre para definir lo que sentía, 
pero no hallaba la palabra justa 
y pensé que ya nunca la hallaría.
De pronto giré sobre mi eje 
una estrella titilante se acercaba. 
Me detuve a observarla fijamente 
y comprendí que ella algo me indicaba.
De pronto se hizo la luz en mi alma 
y en mi mente brilló su resplandor, 
surgiendo de mi garganta un grito: 
¡Tonto, eso que sientes sólo se llama Amor!
Miguel Bologna
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