Corazón de Agua
A Antonio Esteban Agüero
Tú, poeta de la voz alada
supiste
–entre las zarzas todas
y los espinos todos-
hallar “mi corazón de agua”.
Tú, hombre de tanta sed
no pediste el zumo que anhelabas.
Solo una hoja de mi cuaderno simple
y con doce versos asidos en cuartetas,
horadaste la raíz del sino.
Y hablaste de las otras
con ritmo de gacela, de cigarra
o de piedra mordida de verdines,
más siempre lo decías: “Tu sola
tienes el corazón de agua”.
Mi sangre en juventud veinteañera latía,
la tuya duplicaba la suma de los trinos
y acuario nos marcaba el signo de los cántaros,
con los febreros ardientes sobre la piel quemada.
Hoy guardo tu poema como guardé la risa,
muy dentro de mi piel
muy al resguardo de violadas caricias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario