Translate

sábado, 29 de agosto de 2009

EN NARRATIVA


MARÍA ESTHER SORBELLO

Poeta y escritora. Reside en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


FELIPPA


Abuela aún siento tu perfume a rosas, el que sólo usabas para salir a pasear, el que traías cuando llegabas temprano del campo -Ituzaingo- cargada con huevos frescos de tus gallinas, las botellas de miel, las rosquitas, esas rosquitas que a pesar de tener anotada tu receta, nunca a mí me saldrán como tú las hacías. Tus manos, el amor de tus manos, le daban a la masa un sabor único, especial.
¡Cómo no recordarte! Hoy y todos los días.
Tus manos eran pequeñas; en ellas se notaban el trabajo que hiciste durante años criando hijos. Y qué suaves se hicieron para jugar, acariciar y disfrutar de tus trece nietos.
Todos dicen que me parezco a ti. Puede ser; eras fuerte. Yo no tanto.
Cuando tu hombre, mi abuelo, partió del puerto de Sicilia, te quedaste, apretando a tu hijo entre tus brazos.
Nadie te vio llorar. Nadie supo tu pena, tus temores.
Tu madre te vio erguida y confiada. Tu hijo se sintió protegido en tu regazo. Tu dolor, tu duelo lo hiciste en tu cama matrimonial casi nueva, ancha, vacía, con olor a ausencia. Allí lloraste, maldijiste a esa tierra, por ser la que te había robado a tu hombre. Soportaste todo lo que nadie hubiera soportado. Sólo una carta y luego el silencio. Sin más noticias. Sin más cartas.
Un día no dudaste. Le dijiste a tu madre que ibas con tu hijo tras tu esposo. Si ella se atrevía al viaje irían los tres, sino te irías con tu niño.
Tu madre, con valentía y amor, te siguió: -no creo que mi bisabuela, la “Nanita”, tan chiquita, tan “pasita de uva”, tan querida, hubiera soportado el dolor de quedarse sola- y te siguió.
Y te embarcaste con tu hijo de tres años, tu madre y tus valijas llenas de sueños y temores por lo que podías encontrar.
El viaje en el barco fue muy duro; tenían lo justo para sobrevivir, comían poco y cuidaban el agua. Varias tormentas azotaron el barco y tú temblabas por tu madre y tu hijo. Días y días de cielo y mar: mar suave, mar bravío, mar impredecible. Como tu destino.
Al llegar, el viejo Hotel de Los Inmigrantes los recibió acogedor, pese a su austeridad. Todo te parecía mucho después de tantas privaciones en esa penosa travesía. Descansaste un poco, había que reponer fuerzas.
Al otro día dejaste a tu hijito con tu madre y saliste.
Larga fue tu búsqueda. Ibas con la dirección de varios paisanos anotada en un papel. Era todo lo que sabías. Direcciones, que para alguien que no sabe el idioma y no conocen el país, eran...nada.
Tus ganas y fuerzas triunfaron. Después de varios días de salidas infructuosas encontraste a la familia que hospedaba a tu esposo.
Ellos te dijeron que él se había ido a la cosecha de maíz, en Santa Fe, pronto volvería. Cuando preguntaste por qué no había cartas te habían dicho: “Cartas, si, sabían que había escrito poco; pero más de una. Las distancias son largas y las cartas se pierden”.
No querías preguntar nada más.
Te sentiste más aliviada cuando te hicieron pasar a su habitación. Te dejaron sola. Lo primero que viste al acostumbrarte a la penumbra, fue la última foto que se sacaron los tres antes de que él partiera. Estaba sobre una vieja mesita de luz.
La angustia que oprimía tu corazón desapareció, no te había olvidado. Tu hombre -mi abuelo- te quería y te tenía presente al lado de su triste y solitaria cama.
Regresaste casi corriendo al Hotel De los Inmigrantes a buscar a tu hijo y a tu madre.
Al llegar a la casa de tus paisanos se instalaron en el cuartito que ocupaba el abuelo, ellos te ayudaron en todo lo que pudieron hasta que llegó él. Tus manos hacendosas, tejieron con habilidad hermosas carpetitas; fuiste desgranando con hilo en forma de hermosos dibujos, tus sueños. Eso les dio el dinero necesario para poder esperarlo, sin dar demasiados gastos a los que generosamente los habían acogido.
Yo también abuela, puedo con hilos desgranar mis sueños, esa habilidad me la trasmitieron tus genes.
Luego llegó el abuelo y los llantos y las risas los cubrió a todos. Sé que hasta bailaron: tú me lo contaste.
Con el tiempo llegaron cinco hijos más. Y te hiciste argentina por adopción. Siempre decías en tu lengua, mezcla de italiano y español: io sono tucumanisa. No decías: yo soy argentina, decías: yo soy tucumana.
Y yo, que no comprendía, te preguntaba:
–Abuela: ¿Por qué tucumana?, y tú me decías:
-Ahí se declaró la independencia. Y me daba cuenta que la tierra que habías maldecido por quitarte a tu hombre, esa tierra fue la tuya.
La que más amaste.
Abuela, como olvidarte, y es cierto me parezco en mucho, pero no soy tan fuerte. Los días en que la tristeza se instala en mi alma, acudo a ti, acudo a tu fuerza. Tú con todos los recuerdos hermosos que me dejaste, haces asomar de entre las nubes las estrellas, para mí, para tu Stella, como me llamabas. Te quiero abuela y cuánta falta me haces.

ALGUNOS DE LOS ESCRITORES PARTICIPANTES

es
MARÍA CRISTINA FERVIER

Poeta y docente. Reside en Salto Grande, provincia de Santa Fe, Argentina. Hace quince años comenzó su actividad literaria. Sus obras integran más de 90 Antologías Poéticas. Participa en certámenes literarios donde ha obtenido diversos premios y menciones.



NO ME BASTA

No me basta saber que llegas
queriendo anidar en mi verano,
ni me basta buscar el paríso
en el infierno de tu mirada,
ni que dibujes alegorías de reposo
sobre mi mar embravecido,
ni me sacia libar, al pie de tu boca,
de tu rosa roja las mieles,
ni apaga el fuego de mi piel
la cárcel de tus deseos.
No me alcanza lavar las penas
con la saliva del olvido,
ni la amapola de tu nombre
iniciando el rito del rezo.
Mi cuerpo de luna llena
no está preparado para el eclipse.


IRMA RAQUEL LISTORTI

Licendiada en Calidad de Gestiòn Educativa. Profesora Nacional de Inglés, Actriz, Directora de Teatro, Escritoria (Cuentos, novelas, poemas, ensayos, artículos académicos, reflexiones) Directora del Taller de Creación Literaria "Cuenta conmigo".


LUNA ROJA

Esa inmensa luna roja
que aparece sobre el mar,
es helada como el tiempo
y nos invita a amar.
Esa inmensa luna roja,
que compartimos un día,
hoy se diluye y se enoja
apenando el alma mía.
Esa inmensa luna roja
que me cubre el corazón,
¿es roja com sangre que brota
o es sólo de tu alma el armazón?
Esa inmena luna roja
que me alumbra desde el cielo,
es pálida como estas hojas
y oscura como tu velo.
Esa inmensa luna roja
que se va sin saludarme,
guarda dulces penas rotas
y mi vida en un enjambre.


LAURA BEATRIZ CHIESA

Nacida en La Plata (Bs. As). Integró la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritories de la Provincia de Buenos Aires (SEP) entre 1997-2006. Ha recibido premios locales, provinciales, nacionales e internacionales. Ha participado un diversas antología nacionales y publicado numerosos poemarios.

VACÍO

Estoy aquí sin ecos ni sonidos.
Sola de soledad en mi desierto.
Fría vivencia, rostro de alún muerto.
Cadencia sin vibrato y sin tañido.

Iglesia. Confesión de un sin sentido,
carencia muy sutil, cual desacierto.
Hostia, fragilidad, puerto sin puerto.
Vacío vivencial, hueco y olvido.

Recuerdos que se evaden. Algo mío
que quiero retener sin desvarío,
para justificar mi ser, pero carezco

de lucha por crecer en un pasado
cubierto de tristezas y, a mi lado,
sólo un ayer sin fe. Así fenezco.

STELLA MARIS FACCIOLI

Poeta, periodista santafesina. Dirige la Revista Literaria "Noches sin soledad" y conduce un programa de radio cultural en Totoras, provincia de Santa Fe.

UN POEMA

Un poema es dulzura
Un poema es tristeza
Un poema es emociones
Un poema es felicidad
Un poema es sentimiento
Un poema es calidez
Un poema es corazón
Un poema es transmitir
Un poema es una flor
Un poema es imaginación
Un poema es liberdad
Un poema es delirio
Un poema es advertir
Un poema es encanto
Un poema es sufrimiento
Un poema es color
Un poema es una rosa
Un poema es complicidad
Un poema es amor
Un poema es pureza
Un poema es un poema

CONGRESO DE ESCRITORES NACIONALES "ARAUCO VOCES DEL TIEMPO 2009

Aimogasta, ciudad de La Rioja, fue el escenario del Congreso de Escritores Nacionales “Arauco Voces del Tiempo 2009”rdinación a cargo del Arq. Víctor José Stilp Picote, Director de la Gaceta, y la organización del equipo de trabajo fue impecable ofreciendo a los presentes instancias de alto nivel cultural.

Participaron escritores de todos los puntos del país. Durante tres días las rondas de poemas y narrativa, conferencias, presentación de libros y el intercambio fueron los elementos claves para el éxito de este Congreso.

Acompañó el Presidente de SALAC Central Prof. Rubén Pasino.


En la oportunidad se presentó la Antología “Arauco Voces del Tiempo 2009” con trabajos de 94 escritores en poética, narrativa e historiográfica. Cabe mencionar que el prólogo de dicha antología y la presentación estuvo a cargo de la Prof. Gladys Acevedo de Salsacate, Córdoba, Argentina.

El día sábado se entregó los premios a los galardonados en los diferentes géneros literarios con la participación de artistas locales dándole al evento un color tradicional y de verdadera identidad.

Los Túneles. Pocho. Córdoba. Argentina

Los Túneles. Pocho. Córdoba. Argentina
La magnificencia del paisaje en los llanos de Chancaní

Laberinto. Hugo Ricobaldi

Río Jaime

Río Jaime
Arena, agua, se escurren caprichosas entre rocas milenarias.