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martes, 3 de abril de 2012

DESDE ÚBEDA: María Sánchez Fernández


La Semana Santa en Andalucía

 María Sánchez Fernández

Dejando atrás, con todos mis respetos, credos e ideologías políticas y religiosas que no son compartidas por la inmensa mayoría de nuestras gentes, como española, andaluza y ubetense me siento obligada a exponer uno de los capítulos más importantes de la cultura en mi país a partir de la Edad Media. En la música, en la poesía, en la pintura y en la escultura el cristianismo siempre ha tenido un protagonismo primordial tanto en el espíritu sencillo del pueblo llano como en los más altos estatus sociales. Cada año en la luna llena de marzo se descubre, se despliega a través de una comunidad que, con orgullo de raza, exhibe sus raíces más escondidas para conmemorar la Pasión y Muerte de Cristo y la Pascua de Resurrección.

Me centro en Andalucía, la tierra donde nací. La tierra fuerte y recia; sensible y cálida; como el alma de sus gentes, que en esta semana conmemorativa de la pasión y muerte de Jesús no existen ideologías religiosas ni credos políticos. Hombres curtidos que dicen ser agnósticos se parten la espalda bajo los tronos para llevar a su Cristo o a su Virgen como fuertes costaleros, o van encapuchados y descalzos,  haciendo penitencia en cumplimiento de una promesa en momentos difíciles de sus vidas tras la imagen de su devoción y de su fe que mamaron desde  niños y que les fue inculcada por sus padres y sus abuelos y que estos heredaron de los suyos.

Andalucía se abre al lamento dulce de la saeta; a las madrugadas frías empapadas de silencio donde solo se oye el sonar de una campanilla y el rastreo de muchos pies heridos sobre el suelo adoquinado. El aire se borda de incienso.

En esta página plasmo algunas estampas entrañables que he vivido desde mi niñez por las calles de Úbeda en Semana Santa, desde la instauración de la Eucaristía , la Pasión y Muerte de Jesús hasta  el dolor en lágrimas de María en su soledad.

Después volteos de campanas de gloria, cohetes y palomas al vuelo.

¡¡ Jesús resucitó !!


Instauración de la Eucaristía –
 Escultor: Amadeo Ruiz Olmos

Santa Cena Sacramental

¡Cómo gozó la espiga en su ventura!
La vid se estremeció plena en dulzores,
y fueron Pan y Vino en la blancura
de aquel Altar de Amores.

Amor en esos frutos que dan Vida
y el campesino labra.
Amor en una Cena compartida.
Amor en la Palabra.

Amor, Amor tus manos ¡oh, Dios mío!
Amor en tu mirada.
Amor como un torrente, como un río
que inunda en su riada.

¡Oh, Jesús!, te nos diste por entero
en blanco Pan partido de tus manos,
y ese Cáliz de Vino fue el primero
que a todos hizo hermanos.

Pan blanco y rojo Vino.
Cuerpo de Dios y Sangre inmaculada.
Misterio de misterios tan divino
en una Santa cena celebrada.

Jesús en sus tres caídas –
 Escultor: Mariano Benlliure

Si yo fuera



Si yo fuera esa espina me ablandara
para ser fresco bálsamo en tu frente;
te apagara el dolor muy tiernamente
y en tu sangre divina me abrasara.
 
Si yo fuera esa cruz te acariciara
y me hiciera frescura dulcemente;
me derramara en ti, como un torrente
y mi amor infinito te aliviara.
 
Si yo fuera esa piedra en tu camino,
en espuma de nieve me tornara
y calmara tu planta tan herida.
 
Si yo fuera el reloj de tu destino
las horas de los tiempos yo parara
y no dieras tu vida por mi vida.

Jesús expira en la cruz – Escultor: Juan Luís Vasallo



A Jesús Crucificado

¿Cómo decir, mi Dios, lo que yo siento
al verte en esa cruz escarnecido?
Siento rabia y dolor de no haber sido
caricia que mitigue tu tormento.


Eres llama de Amor en el lamento
de tu entrega, mi Dios, y ya vencido,
la llama redentora que me ha ungido
de néctares de mieles y de aliento.


¿Cómo decir, mi Dios, lo que quisiera?
Quisiera ser paloma enamorada
y me hiriera la espina de tu frente.


Tus lágrimas amargas yo bebiera.
perdiérame por siempre en tu mirada.
Mi arrullo de durmiera dulcemente.
El Entierro de Cristo –Escultor : Francisco Palma Burgos

El Santo entierro de Cristo
 
Te ha bajado, mi Dios, de tu madero
como a una rosa blanca ensangrentada
que fuera de su tallo desgarrada
para darse a la tierra por entero.
 
Tu Cuerpo ha sido envuelto en el sincero
dolor de quien te adora, llamarada
de dulce y tierno amor, en la quebrada
 y mortecina luz de frío acero.
 
La tarde se ha fundido en la negrura
de una noche sin bella amanecida,
y tu carne, mi Dios, es como un lirio
 
que inerte va al sepulcro en hermosura
dejándonos el alma desvalida
en llanto y en pesar por tu martirio.


 
 La soledad –  Escultor: Amadeo Ruiz Olmos

Virgen de la Soledad

Tu soledad…, silencio
del mustio atardecer sombrío y triste.
¡Tu soledad…, silencio!

Silencio en los latidos de la pena
 que brotan de tu adentro,
y esa actitud serena
que aguarda la venida del encuentro
con esperanza plena.

Tu soledad…, belleza
en el rostro de mística hermosura.
¡Tu soledad…, belleza!

Belleza que recuerda manantiales
de plata en luna llena
y el oro en los trigales
mecido por el céfiro que suena
a dulces madrigales.

Tu soledad es canto
 del agua pura en fuente cristalina.
¡Tu soledad es canto!

Es canto como arrullo de paloma.
Como el decir del río.
Como la flor que toma
 su beso del rocío
e invade tu ternura con su aroma.

Tu soledad…, mi pena
que anega plenamente mis sentidos.
¡Tu soledad…, mi pena!
 
Jesús resucitado – Escultor: Francisco Palma Burgos

…Y Jesús resucitó

Tu sepulcro se abrió y has emergido
como una blanca flor que diera el suelo.
Te elevas en la altura, en limpio vuelo,
y nubes de palomas te han seguido.


¡Gloria Señor a ti que has ascendido
a la inmensa morada que es tu Cielo,
y Dios, al abrazarte en dulce celo,
como Padre de Amor te ha recibido.


¡Gloria al Señor mi Dios en las alturas!
El gran día triunfal nos ha llegado
y es vencida la muerte por la Vida.


¡Gloria! ¡Gloria! ¡ Señor, Dios de hermosuras!
En la tierra nos dejas un legado:
¡ La llama de tu Amor! ¡ Llama encendida !


Poemas del libro Júbilo, Pasión y Gloria (1995)
Autora: María Sánchez Fernández
Música de fondo:
“AMOR”
Autor: Emilio Sánchez Plaza (Mi padre)
Imágenes: Semana Santa de Úbeda







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