El verano se ha ido con tus cosas a cuesta.
Sólo me queda barrer las arenas
con un paso enlutado
y encontrar las sombras
de tus perdidos clamores,
tu lápiz labial,
una horquilla,
tus preguntas,
el anillo,
tu esencia preferida,
la discusión sobre el desarreglo.
Tu acaracolada huella mutará mi forma.
Sólo me queda
pedirle al mar que no se la lleve
con la última ola,
hasta algún otro cierto
destonado verano.
Juan Disante
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