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domingo, 4 de abril de 2010

DESDE ESPAÑA con María Sánchez Fernández

EL POETA QUE CANTA A LAS SIRENAS

Queridos amigos: La presentación que hago hoy en esta página es la de un hombre vital, un poeta pleno de sensibilidad e inquietud literaria que va sembrando y cosechando amistad por los caminos que recorre cada día derramando su poesía.
Amante del mar y de sus criaturas mitológicas. En su libro “Thalassa” (que en la mitología griega quiere decir la Diosa del Mar), se sumerge de lleno en sus misterios y dialoga con las sirenas, se balancea en entre las olas y aspira los aires salinos.
En el prólogo de este libro, el conocido escritor José Emilio Pacheco hace un análisis completo del contenido de la obra en la que dice entre otras frases:
/… “Alabanza del mar y la poesía, Thalassa les canta a las sirenas que cantan, a su vez, para el navegante y el náufrago. Diosas, señoras de la noche, las sirenas descienden de la luna”
Este poeta es ya desde hoy Asesor Cultural para México del Club Universal de Poetas y Escritores y Miembro de la Academia Virtual de Letras y Artes Nobles.
Les presento a
ANTONIO LEAL

Biografía

Antonio Leal, (Chetumal, Quintana Roo, 1952) nació en la parte continental del Caribe mexicano. Estudió la carrera de sociología en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue miembro del Taller Literario de Juan José Arreola. Becario de poesía del Centro Mexicano de Escritores. Presidió el jurado del Premio Internacional de Poesía Caribeña “Nicolás Guillén” (2002). Asistió al Tercer Encuentro Internacional de Poesía Latinoamericana (2005), convocado por la Asociación Iberoamericana de Poetas celebrado en Chile; viajó a Cuba como invitado al XII Encuentro Internacional de Poesía en la Habana (2007) en calidad de fundador. Sus obras han sido publicadas en diversas revistas culturales y aparece en Internet en páginas de distintos países.
Libros publicados

“Duramar” (1981) – “Canto diverso” (1995) – “Los cantos de Duramar (1998) – “Poemas Provinciales” (2004) – “Cinco poetas jóvenes de México” (1967) – recuento de voces” (1987) – Quintana Roo; una literatura sin pasado ( 1990) – Tiempo vegetal. Antología de los poetas del sureste de México (1993) “Thalassa” (2008) .
Entrevistado por la autora de esta presentación

P.-¿Qué te mueve a escribir?
R.- -Escribo poesía y leo poesía porque la realidad, tal cual es, no me satisface.

P. - ¿Qué deseas transmitir a través de tu poesía?
R.- Como en todo arte, de lo que se trata es de comunicar sentimientos a los demás, aunque dentro del proceso de creación, es uno, el propio poeta, quien primero se emociona al leer lo que ha dejado en la página.P.- ¿Quienes leen a los poetas?
R.- En primer los que saben y entienden la poesía, y más, en lo personal, considero que uno, como autor, escribe para los poetas, para otros poetas, para otros escritores, el mundo no puede vivir sin la poesía. Suscribo, en mi caso personal, como autor, lo que dejó dicho Federico Nietszche: señala que la diferencia entre el poeta y los demás, no es mucha, hacemos todos los días lo que la demás gente hace, la única diferencia es el que el poeta sabe su destino.

P.- ¿Qué poetas han influido más en tu poesía?
R.- Octavio Paz, Pablo Neruda, Rilke, Dante Alighieri, Homero, Rafael Alberti, José Goroztiza (imprescindible), Paul Valèry, T. S. Eliot, A. de Rodas, Derek Walcott, los clásicos españoles, Maiakvski, y una infinidad más, influencia, en el sentido de que leo a estos autores para descubrir su poética, pues todo poeta tiene una poética, descubro, al leerlos, de qué manera han "solucionado" un poema, de qué manera "trataron" tal o cual tema, Pessoa, por supuesto, en fin. Otra manera de abordar este sentido estriba, por decir algo, en que acepto la influencia al descubrir, de qué manera solucionaron el problema de tener que redactar un poema extenso, de lo que ha dado en llamarse poemas de largo aliento, aunque un soneto, que es un poema corto, no deja de atraerme cuando deseo y decido escribir un tema bajo esta forma de versificación, etc., etc.

P.- ¿Amas profundamente los misterios del mar?
R.- La pregunta es interesante, el mar no es para mí ningún misterio, es sólo un tema más, entre tantos, que a mí interesa tratar en un poema. Se dice que no hay nadie que se precie de ser poeta y no le haya escrito un poema al mar.

P.- ¿Te ausentas en tu mundo de poeta mientras escribes?
R.- Sí, si escribir poesía es hablar sobre algo que no existe, en este sentido, escribo poesía porque la realidad no me satisface, sin querer decir con esto que hay que estar loco, no, ni que es necesario suicidarse, lo que quiero decir que no puedo vivir sin tener un libro de poemas para leer, que es otra realidad, la del mundo de la imaginación, de la creación arte.
Poesía
Versiones español - portugués

¡Thalassa!
Llegarás primero a las sirenas
que encantan a cuantos hombres van a su encuentro.
HOMERO
Como un rebaño de olas cabritean
en la blancura de esta página.
Buscan el vaivén de las olas más

núbiles de las tres de la mañana.
Suelen esconderse en el vestíbulo
del silencio y nadie las vislumbra.

Duermen yermas contigo, aunque nunca
serán tuyas. Al escenario siempre
llevan el mismo papel desde antaño

en el poema, que es donde envejecen,
sin morir.
Se les puede invocar en las puertas

del sueño, enamorando antiguos nombres
de náufragos infautos que playean
entre escombros, quienes buscan un trozo

infalible, algún breve cascajo
de salitre, el ansiado moderamen
de un barco perdido entre la pujanza

marítima, sacudiendo inútiles
botellas vacías que hoy repiten
desde la punta de este lápiz “rilke”,

“rilke”, “rilke”, “ilke”, canto augural
de las sirenas cuando así fustigan
sobre los hombros el venal deseo.

Mas allá de los párpados sin sueño,
de las horas dulcísimas de un mar
adentro, cuando plañen las marinas

valvas todo reflujo bajo el agua,
distante, desde exánimes arenas,
oh, tú, primera de las Afligidas

en la espiga de las olas cantabas,
y tu deseo estaba en la sal
viva de nuestros íntimos deseos.

¿Thalassa!, decías; encrespa la ola
y bate al viento abriendo tiernos brotes
en la rosa náutica. Hace día

más lóbrego, con él endulza el aire
de las ramas altas que anidan pájaros.
Al solaz, “en la mar en calma y llana”,

al pairo el alma, es canto inaudito
que repiten impunemente valvas
olvidadas. Sueño inútil que sube

al corazón del náufrago en Luna
rala. Es el más antiguo sabor
que tiene la sed de salobres aguas,

un pañuelo de viento en el que huye
espantada de sí la lejanía.
¡Thalassa!, herrumbra todo sendero

de la lluvia, desatando
en vasto mar errátil olas glaucas.
Como latido de aguas zarcas, bruñe

con su hechizo todas las nostalgias
¡Thalassa!,
es un viento de arena escondido

en la camisa de todo poeta,
la hembra del silencio, sólo huesos
donde plañen ingrávidas sirenas.

Vedlas ahora retozar insomnes
bajo el ala más profundo del día.
En esa hora, cuando el alcatraz

con su negro graffiti comba el cielo.
Escucha lo que trae la mullente
espuma. Tú eres ahora Ulises

que retorna a su Ítaca después
de haber amado a las castas sirenas.
El nacido de vientre que ha oído,

sin morir, el canto de Aglaófeme,
la de la voz bella; a Agláope,
de rostro hermoso y a Imeropa, madre

partenia en culpa por deseo de todos.
escucha a Homero en labios de Leoucosia,
a Ligia, la chillona. Mira grácil

esa “atroz escama de Melusina”.
Sobre todo, finge oír la música
de la venerada Molpe, y aguarda

vivo el recuerdo de la doncellez
de Parténope, la sutil lascivia
de Pisínoe venciendo al amante,

Acepta grato lo que tenga Redne,
y a Teles toma por mujer perfecta.
Como un bautismo asume las palabras.

de la calma que es pródiga en Telxiepia.
Persuádete de Telxíope, y vuelve
a la abierta memoria de los hombres.
THALASSA!

( Traducción de Luz Gomes) *
Chegarás primeiro às sereias
que encantam a quantos homens vão a seu encontro.
Homero

Como um rebanho de ondas saltitam

na brancura desta página.

Procuram o vaivém das horas mais


núbeis das três da manhã.

Costumam esconder-se no vestíbulo

do silêncio e ninguém as vislumbra.



Dormem ermas contigo, ainda que nunca

serão tuas. Ao cenário sempre

levam o mesmo papel desde antanho



no poema, que é onde envelhecem,

sem morrer.

Pode-se-lhes invocar nas portas



do sonho, memorando nomes antigos

de náufragos infaustos que planeiam

entre escombros, os que procuram um naco



infalível, algum breve cascalho

de salitre, o ansiado madeirame

de um barco perdido entre a pujança



marítima, sacudindo inúteis

garrafas vazias que hoje repetem

desde a ponta deste lápis: "rilke",



"rilke", "rilke", "rilke", canto agoirento

das sereias quando assim fustigam

sobre os homens o venal desejo.



Mais além dos párpados sem sonho,

das horas dulcíssimas de um mar

adentro, quando plangem as marinhas



valvas todo refluxo sob a água,

distante, desde exânimes areias,

ó, tu, primeira das Afligidas,



na espiga das ondas cantavas,

e o teu desejo estava no sal

vivo dos nossos íntimos desejos.



Thalassa!, dizias: encrespa a onda

e bate ao vento abrindo ternos rebentos

na rosa náutica. Faz ao dia



mais lúgubre, com ele dulcifica o ar

das ramas altas que aninham pássaros.

Ao solaz, "no mar em acalma e plana",



ao pairo da alma, é canto inaudito

que repetem impunemente valvas

olvidadas. Sonho inútil que sobe



ao coração do náufrago em lua

rala. É o mais antigo sabor

que tem a sede de salobres águas,



um lenço de vento no que foge

espantada de si a distância.

Thalassa!, enferruja toda a vereda



segredo da chuva, desatando

em vasto mar errante, ondas glaucas.

Como batido de águas zarcas, brune


com seu feitiço todas as nostalgias.

Thalassa!,

é um vento de areia escondido


na camisa de todo poeta,

a mulher do silêncio, só ossos

onde plangem possuídas sereias.


Vede-as agora brincar insones

sob o asa mais profunda do dia.

Nessa hora quando o alcatraz


com seu negro grafiti contorna o céu.

Escuta o que traz a mullente

espuma. Tu és agora Ulisses


que regressa à sua Ítaca depois

de ter amado as castas sereias.

O nascido de ventre que ouviu,


sem morrer, o canto de Aglaofeme,

a da voz bela; a Aglaope,

de rosto formoso, e a Imeropa, mãe


partenia em culpa por desejo de todos.

Escuta atento à branca Leucosia,

a Ligia, a gritadora. Olha grácil


essa "atroz escama de Melusina"

Sobretudo, finge ouvir a música

da venerável Molpe, e guarda


viva a lembrança da pureza

de Partenope, a sutil lascívia

de Pisinoe vencendo ao amante.


Aceita grato o que tenha Redne,

e a Teles toma-a por mulher perfeita.

Como um baptismo assume as palavras


da calma que é pródiga em Telxiepia.

Persuade-te de Telxiope, e volta

à aberta memória dos homens.
ANTONIO LEAL. Do livro inédito: Thalassa.
· Luz Gomes http://luzgomes.blogspot.com
Luz Gomes es poeta. Estudia en
Oporto, Portugal, el segundo año de la carrera de economía, domina el gallego por haber nacido en la misma frontera de Galicia, España y Portugal. Ya tiene obra publicada a sus escasos 22 años de edad. Es una sirena.
Una edición de María Sánchez Fernández
Editora – Adjunta Presidencia de
Academia Virtual de Letras y Artes Nobles.
Asesora Cultural para España del
Círculo Universal de Poetas y Escritores

Fuentes: Libro Thalassa - Editoral Siglo XXI - 2008
Música: Secret Garden

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