DESDE CÓRDOBA. Mariana Otero

"MAESTROS DE ALMA"

De Mariana Otero

Las buenas noticias que ocurren en las escuelas muchas veces pasan inadvertidas. Suelen estar tapadas, ocultas, o sólo visibles para las comunidades que las habitan.

El libro Maestros de alma, de la Editorial Raíz de Dos, recoge algunas de estas historias que ocurren en las escuelas de la provincia de Córdoba. En crónicas periodísticas testimoniales, los relatos confirman que con voluntad y decisión –y más allá de los recursos económicos y culturales con que llegan los niños- se puede construir y avanzar.

Los ejemplos sobran, aunque el libro incluye doce. Un capítulo cuenta la historia de Micaela Cajide que se destacó en las Olimpíadas de Matemáticas acarreando una mochila de oxígeno. Otro, la de Clarita, una niña que llegó a ser abanderada de una escuela marginal de la ciudad de Córdoba mientras vivía debajo de un puente. Uno más narra la historia de un puñado de maestras que transformaron el Hospital de Niños el día que comenzaron a dar clases a chicos enfermos. Y otra es la de Benjamín Escudero y Liliana Machuca, el último alumno y la última maestra de la escuela Juan José Paso, de La Mudana, en las Sierras de Pocho.

Sin maestros con empuje y con ganas, las vidas de muchos niños serían distintas. Sin ellos no habría sido posible que floreciera una orquesta social de alumnos de pocos recursos ni que una escuela perdida en la ciudad de Córdoba congregara a miles de alumnos a estudiar los días sábado. O que otra se convirtiera en el corazón de barrio, con puertas abiertas y programas de promoción social. O que un coro de niños sordos se hiciera oír, que el rugby fuera capaz de mejorar el rendimiento escolar, que una escuela técnica se convirtiera en el faro de un vecindario problemático o que un grupo de adolescentes viajara sin escalas de Chuña a California.

Los maestros de este libro son apenas un puñado de los miles que habitan la provincia. Sin quererlo, es un homenaje a quienes creen en el poder de la palabra, en que hay destinos que pueden torcerse, en que hay que abandonar la queja y trabajar con lo que se tiene y no con lo que falta, y en que la escuela es capaz de transformar existencias y generar ciudadanos comprometidos capaces de crear y creer en un mundo mejor.