A través de estos simples versos deseo homenajear al hombre americano en toda su magnitud y esplendor más allá del olvido, de la discriminación y de tantos sufrimientos.
HOMBRE AMERICANO
El cóndor danza.
El puma vigila
buscando la luna que
por tu raza suspira.
Duermen tus sueños
en el cuarzo,
en la arena.
Despierta la mañana.
Canta la chicharra.
Cae la noche
con mil luciérnagas.
Todo eres tú.
Hombre Americano,
tu raza no ha muerto.
GLADYS ACEVEDO
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