Palabras de hilo
Recogimos
las faldas de la tarde.
El
sol le tejía enaguas
con
los encajes del aire.
Un
canto mineral fluía saltando
sobre
el sueño de las piedras.
Los
abrojos besaban los tobillos
sobre
la tierra despierta.
Íbamos
a coser al río.
Molles
y talas nos miraban
desde
su amparo vegetal.
Copiándose
en el agua
el
silencio hamacaba –apenas-
penachos
de cortaderas.
Mi
hija desplegó aquel vestido
y
la aguja dibujó un camino de hilos
bajo
la danza de sus dedos.
Yo
echaba palabras con los ojos
a
la sombra tutelar de las montañas.
Fuimos
a coser al río,
mi
Hija y yo, aquella siesta,
cuando
junio destejía su cintura.
Mari Betti Pereyra Facchini.